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Descubiertas las cicatrices epigenéticas que la enfermedad COVID-19 causa en el pulmón

14 de noviembre de 2023

Una investigación liderada por el Dr. Manel Esteller en el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras acaba de encontrar un perfil epigenético asociado a las consecuencias letales de la enfermedad COVID-19. En una reciente publicación en la revista CHEST, el grupo de investigación de Esteller ha descubierto la existencia de alteraciones epigenéticas que favorecen un estado hiperinflamatorio en los pulmones tras la infección por SARS-CoV2 y que provocan daño pulmonar, insuficiencia respiratoria y, finalmente, la muerte.

Descubiertas las cicatrices epigenéticas que la enfermedad COVID-19 causa en el pulmón
Descubiertas las cicatrices epigenéticas que la enfermedad COVID-19 causa en el pulmón

La enfermedad COVID-19, debida a la infección por el virus SARS-CoV2, se convirtió en pandemia internacional en 2020. Hasta la fecha, más de 770 millones de personas han padecido esta enfermedad y casi 7 millones de ellas han perdido la vida. La causa más común de muerte en el grupo estudiado es la afectación pulmonar con la consiguiente insuficiencia respiratoria. Sin embargo, aún queda mucho por saber sobre las dianas del virus en el pulmón y los mecanismos por los que el tejido pulmonar puede dejar de ser funcional en la enfermedad.

En un artículo publicado en CHEST, la revista oficial de los médicos torácicos en Estados Unidos, el grupo del Dr. Manel Esteller, director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras (IJC), profesor de investigación ICREA y catedrático de genética de la Universidad de Barcelona, describe que la COVID-19 causó profundos cambios epigenéticos en los pulmones de los pacientes que murieron a causa de la enfermedad. Dichas alteraciones afectaron especialmente a genes relacionados con la hiperinflamación y la fibrosis.

En el estudio, los investigadores analizaron una amplia colección de muestras de autopsias pulmonares de pacientes que habían fallecido por COVID-19 y las compararon con pulmones sanos de personas fallecidas por otras enfermedades no relacionadas. La comparación del ADN entre ambos grupos mostró diferencias epigenéticas en más de 2.000 puntos de regulación del material genético. Un análisis detallado reveló que se trataba de secuencias genéticas asociadas principalmente a la promoción de un estado de hiperinflamación, como la sobreproducción de interferones y quimiocinas, señales químicas utilizadas por el sistema inmunitario para promover la inflamación.

La epigenética sería como la capa de control que utiliza una célula para configurar con precisión si un gen estará activo o no, sin modificar su información genética. Las alteraciones en el programa epigenético de una célula pueden hacer que se comporte de forma distinta a la esperada, con consecuencias orgánicas como las observadas en el estudio. En la investigación, liderada por el IJC, han participado también investigadores de la Universidad de Lund (Suecia) y del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.

El Dr. Esteller confía en que esta nueva información pueda ser útil en el manejo clínico de los pacientes con COVID-19 y declara que "conocer los mecanismos asociados a la muerte por COVID-19 causada por afectación pulmonar puede identificar dianas para fármacos e intervenciones médicas que eviten desenlaces letales en pacientes frágiles, y también puede servir para prevenir la progresión de otras enfermedades víricas que afectan a los pulmones."

Los hallazgos del estudio pueden ayudar a los médicos a predecir la progresión de la enfermedad con mayor seguridad y permitir un tratamiento más eficaz de los pacientes en la clínica. Como subraya el Dr. Esteller, "dos consecuencias de este estudio que se tendrían que valorar son, por un lado, el uso de fármacos epigenéticos para prevenir la progresión de ésta y otras enfermedades víricas en pacientes susceptibles de empeorar; y, por otro, se abre la posibilidad de que las lesiones moleculares encontradas en estos pulmones podrían también estar relacionadas con la llamada COVID-19 persistente, en la que quizá estas alteraciones no se han "curado" correctamente, aunque sin llegar a los extremos de la COVID-19 letal."



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